A continuación se describen las pruebas que pueden usarse para diagnosticar y obtener información sobre los trastornos del sistema nervioso en los niños. El proveedor de atención médica del niño le dirá qué pruebas recomienda para su hijo y las razones.
Angiografía
Procedimiento que evalúa la salud de los vasos sanguíneos (arterias o venas) que transportan sangre al encéfalo y los que se encuentran en su interior. Durante este procedimiento, en un vaso sanguíneo se coloca un catéter (tubo plástico delgado). Por este se inyecta un líquido, llamado medio de contraste, que permite visualizar claramente los vasos sanguíneos en las radiografías. También pueden realizarse angiografías especializadas en conjunción con tomografías o resonancias magnéticas (que se explican a continuación). El tiempo necesario para estas pruebas puede variar. Hable con su proveedor de atención médica con anticipación para tener una idea de cuánto tiempo tomará la prueba. Eso es porque su hijo deberá quedarse inmóvil durante la prueba. Es posible que necesite un medicamento para relajarse (sedación) para realizarse esta prueba. O, quizás necesite un medicamento para dormirse (anestesia general) durante el examen.
Tomografía computarizada
Exploración en la que se combinan las radiografías y la tecnología de computadoras para formar imágenes detalladas del encéfalo. En esta prueba se utiliza radiación. Su hijo deberá quedarse inmóvil durante esta prueba. Pero la tomografía computarizada suele ser rápida. Muchos niños pueden realizarse esta prueba sin necesitar mucha asistencia. Quizás sea necesario usar sedación o anestesia.
Electroencefalograma
Esta prueba permite registrar la actividad eléctrica del encéfalo. Durante el procedimiento, se colocan discos redondos con cables (electrodos) en el cuero cabelludo con pasta adhesiva. Los electrodos transmiten unos impulsos que registran la actividad eléctrica del encéfalo. Hay veces en que esta prueba se hace mientras su hijo duerme. Otras veces, se hace con el niño despierto. En algunos casos, se hace mientras a su hijo lo vigilan por video. Esto ayuda a coordinar la actividad de las ondas cerebrales con su actividad física. Es posible que le pidan que mantenga a su hijo despierto durante más tiempo antes de la prueba.
Electromiografía
Con la electromiografía (EMG) se mide la respuesta muscular o actividad eléctrica en respuesta a la estimulación nerviosa del músculo. Para esta prueba, a su hijo le colocan unos pequeños electrodos de aguja en ciertos músculos. Mientras su hijo relaja y contrae los músculos, se registra la actividad eléctrica. Por eso, su hijo deberá colaborar con el técnico que está realizando la prueba. Deberá poder seguir indicaciones simples. Esta prueba suele realizarse junto con un estudio de conducción nerviosa (consulte a continuación).
Potenciales evocados somatosensoriales (SSEP, por su sigla en inglés)
Estas pruebas evalúan la rapidez y la eficacia con la que los nervios del cuerpo responden a ciertos tipos de estimulación sensorial. Estos pueden incluir luces destellantes, ruidos fuertes o impulsos eléctricos enviados a los brazos y las piernas. Para la prueba se adhieren unos electrodos a la piel. A continuación se registra la actividad eléctrica.
RESONANCIA MAGNÉTICA
En esta exploración se usan unos fuertes imanes, ondas de radio y la tecnología de computadoras para formar imágenes detalladas del encéfalo. Esta prueba no requiere utilizar radiación. Dado que se usan imanes, debe informar a su proveedor de atención médica si su hijo tiene algo de metal en su cuerpo. El metal puede afectar la calidad del estudio. Es posible que no puedan usarse determinados metales, como algunos tipos de dispositivos ortopédicos, en un resonador. Antes de la fecha de la RM, pregunte a su proveedor de atención médica si hay algún motivo por el que su hijo no debería realizarse una RM. Las máquinas en las que se hacen las RM también son muy ruidosas. A algunos niños pequeños quizás les resulte difícil quedarse inmóviles durante esta prueba por el ruido. También puede resultarles difícil quedarse inmóviles durante el tiempo que toma la prueba. A menudo dura más de 20 minutos. Hable con su proveedor de atención médica si cree que su hijo necesitará sedación para este examen.
Pruebas de conducción nerviosa
Esta prueba evalúa la función de los nervios de los brazos y las piernas. Durante la prueba, se colocan electrodos en la piel a lo largo de las vías nerviosas que se examinan. Luego, se aplica una corriente eléctrica que los estimula. Para registrar la actividad eléctrica, se mide la velocidad con la que la señal eléctrica recorre el nervio.
Tomografía por emisión de positrones (TEP)
Esta prueba utiliza tecnología informática para tomar una imagen de la actividad cerebral en lugar de la estructura del cerebro. A su hijo deberán colocarle una sonda IV en el brazo antes de la prueba. Durante la prueba, en el torrente sanguíneo se inyecta un compuesto a base de glucosa. Esto ayuda a resaltar las zonas de actividad cerebral alta y baja en la imagen. A veces, la TEP se hace junto con una tomografía computarizada (TEP/TC).
Punción espinal (punción lumbar)
Esta prueba permite analizar la salud del líquido cefalorraquídeo (LCR). Esto se realiza para evaluar la salud del encéfalo, las meninges y la médula espinal. Para esta prueba se adormece la piel de la parte baja de la espalda con anestesia local. Se introduce una aguja en el conducto vertebral, a fin de extraer una pequeña muestra del LCR y analizarla. Esta prueba suele durar unos pocos minutos siempre y cuando su hijo se quede inmóvil, lo cual es esencial.
Ecografía dópler
En esta prueba se emplean ondas sonoras de alta frecuencia para observar el flujo de sangre a través de los vasos cerebrales. Esta prueba no emplea radiación. Su hijo deberá quedarse inmóvil. Aunque no hay problema si se mueve un poco durante esta prueba.
Ecografía
En esta prueba se emplean ondas sonoras para crear una imagen cerebral. Esta prueba no emplea radiación. Esta prueba solo es efectiva para obtener imágenes del cerebro de los bebés cuando la zona blanda del cráneo (la fontanela) todavía está abierta. Una vez que se cierra, a los pocos meses de vida, la ecografía ya no resulta efectiva para obtener imágenes del cerebro. Esto se debe a que las ondas de sonido no pueden penetrar el cráneo.